A veces siento que mi mente es
como el agua del río Mapocho, fluye sin parar pero no está
cristalina. Quizás hay muchas cosas en mi mente en las cuales pensar y
eso evita que el agua sea transparente.
En mi mente parece no haber
calma, la ansiedad, el pasado y el futuro son equivalentes al sonido que hace
el agua al chocar con algún elemento y al haber varios elementos
el río de mi conciencia hace que el sonido comience a inquietar
mis pensamientos desde su nacimiento.
Cuando era un niño solo quería
ser feliz y eso me hacía sentir estable. Ahora que soy un adulto quiero un
auto, una casa, un buen trabajo, dinero y cosas así para ser feliz. Ya no basta
con solo ser feliz…
Al crecer mi mente siempre está
pensando en lo que piensan las personas, que quieren para mí. He escuchado
decir que para que ellos estén tranquilos yo debo tener todo lo que ahora
busco. Nadie parece preguntarse lo que yo quiero y yo solo quisiera tener una
vida tranquila sin que me falte nada pero no ambiciono nada más.
Aparte mientras más deseo tener
cosas materiales, más frustrado, más me siento mal al no alcanzarlas. Todas
esas cosas oscurecen mis pensamientos y no les permite fluir con naturalidad...
Quizás para acallar mi propia
mente primero debo acallar las voces de los demás y así poder estar tranquilo. Quisiera
poder ser feliz con las cosas que tengo y poder optar siempre a estar
mejor. Pero que esto no sea el fin mayor de mi vida.
Para algunos puede resultar mal
visto que no quiera todo lo que la sociedad me impone día a día, pero la lucha
constante por alcanzar esas cosas me roba tranquilidad.
Quisiera que mi mente pudiera
relajarse y no pensar en lo que los otros piensan que me falta, dejar ir todo
lo que he hecho mal y entender que si me equivoque fue para aprender lo que con
sufrimiento aprendí. Quisiera que mi mente fuera como un río que
fluye en silencio y armonía, llevando así en calma el flujo de cada uno de mis
pensamientos para encontrar mi propio camino a seguir y sobre todo
mi propia felicidad.