Cris engel

Cris engel

martes, 15 de mayo de 2018

Un momento





No suelo dejar que la gente me vea despeinado al despertar por la mañana y cuando lo dejo ser, es porque no me da miedo ser, ser simplemente yo, alguien con fantasmas y demonios, destellos de oscuridad y de luz, castillos de cristal y prados verdes. Todo mezclado en la infinita inmensidad de un momento. Pero que es un momento si no un fragmento que se diluye en la conciencia de un ciclo de tiempo mucho más grande. Los cuales sin saberlo se mueven y se redirigen a un océano mayor, al cual en su conjunto es llamado vida.

Si pudiera describir la infinita mañana del azar en donde las probabilidades de un momento que nace desde el infinito desconocido, abriéndonos la puerta de tomarlo o no, si por un momento nos permitiéramos envolvernos en el calor de las estrellas que yacen en el firmamento de tu alma. Si por un momento nos sumergiéramos en el olvido de una mente sin dogmas y me permito sumergirme en la calidez de un fragmento de inconsciencia donde el paraíso se resume a eso, a un momento.

Que tibia se siente tu alma que persigue la mía como corriendo en sueños, donde todo es perfecto por un momento, que cálida es la luz que rodea tu alma atardecida por la oscuridad de tus pensamientos nocturnos, la divina oscuridad amante de tus pecados y que aviva el fuego tras la sonrisa que invita a perder la calma.

Y aún en el final, la historia no llega a su fin por que aún hay historias que contar, que se resbalan por las hebras de mis cabellos al despertar, porque al despertar aún no oculto mis inseguridades tras el gel para cabello, tras la botella de perfume.  Y si por un solo momento me dejo llevar y ves ese resplandor puro y honesto en mí, es que compartimos un momento en la infinita eternidad de un instante fragmentado en el tiempo.