Cuando era un niño siempre
pensaba en que si algún día conocería a esa persona especial que haría girar mi
mundo. Ciertamente mi espera fue larga y yo seguía pensando si sería lo
que esa persona esperaría y me pasaba horas pensando si le gustaría,
si pensaría que soy "bonito"
Siempre me imagine que un día
llegaría ese ser que revolucionaría mi mundo, derribaría creencias viejas y
haría florecer las mías con nuevas formas de ver el mundo y lo que no veía
antes se volvería claro y peculiarmente hermoso.
Siempre me imaginé que seríamos
los dos contra el mundo y afrontaríamos lo que el mañana nos trajera lado a
lado. Siempre esperé que una vez que ese amor llegara nos cautivaría con su
magia y todo se reduciría a un sentimiento, al amor.
Cuando al fin llego los días eran
más bellos y llenos de color y las canciones parecían cobrar vida dentro de mis
sueños al dormir y escuchaba esa música en mis oídos, esa canción de amor que
aun que nadie la escuche proviene de tu corazón y es una canción que se repite
una y otra vez.
Al verle te duele el estómago
y cuando sabes que va a llegar te pones nervioso, no sabes si le gustará
la ropa que pasaste horas escogiendo para impresionarle, para que no se olvide
que le gustas y que revolucionas su mundo también.
Pero un día sin
previo aviso ya no está ese gentil cuidado con las palabras y las fechas
y momentos importantes ya no parecen valer la pena ser recordados y
empieza a ser un esfuerzo mayor esa gentil tarjeta que te hacía sentir especial
y así aquel mundo de colores va menguando a un mundo con colores
deslavados donde las mariposas se confunden con un malestar.
Ya no está el amor a flor de
piel, ese amor por el cual hubieses saltado desde un barranco solo para
acompañarlo en la caída. Ya no te besa con pasión y ya no eres su lugar
favorito en el mundo y las pocas palabras que sobreviven al sarcasmo se las
traga el silencio que al menos nos permiten compartir el lugar y el momento.
Mi tan anhelado romance escasea
y ya se siente como un intruso entre nosotros. ¿Qué nos pasa? ¿Acaso hemos
olvidado que teníamos algo preciado? Acaso olvidamos que el amor se cultiva y
se riega a diario con palabras lindas y con expresiones de cariño, ¿acaso hemos
olvidamos besarnos como si fuera nuestro último beso? A caso nos sentimos tan
seguros de que despertaremos al otro día y la persona que amamos aun estará ahí
que ya no tenemos la necesidad de mantener los detalles.
Supongo que pensamos que el
tiempo que tememos es mucho y no le damos importancia a decirnos cuantos
significamos el uno para el otro y que la vida puede que siga para nosotros si
mañana no estamos juntos pero que nada sería como solía ser.
Es duro darse cuenta que no hay
vuelta a tras cuando ya todo está hecho, es duro darse cuenta de los errores
que cometimos cuando ya es tarde para nuestro amor y que no importa cuántas
veces quisimos decir cuánto nos importaba esa persona si no lo dijimos, el
momento se nos escapó y solo juntamos montañas de silencio en vez de a ver roto
el silencio con una palabra de afecto, un te amo, un si tu no estuvieras mi
vida no tendría sentido, tanto damos por hecho lo que tenemos que se nos olvida
dar un doscientos por ciento más para hacernos felices día a día.
Mi corazón me hace
creer que aun que todo se vea mal
siempre habrá la posibilidad de
restaurar lo perdido mientras compartamos el deseo de hacerlo,
supongo que "las tormentas hacen que los arboles tengan raíces más
profundas" quizás si somos capaces de ver estas raíces y que no
todo está perdido y sobre todo tener la voluntad de generar un cambio real
y positivo quizás podremos recuperar y revivir el amor que se nos olvidó que
teníamos.
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