De un lado a otro camina como una bestia enjaulada, preso de su propia
mente, con sus pensamientos confusos sin control. Se esconde dentro de sí mientras
que con ademanes aleja al mundo creando tormentas sociales que lo alejan del
todo.
Es prisionero del silencio, silencio que solo se quiebra por el dolor de
la perdida que incrementa el ardor que le quema los huesos, pero que no derrite
su centro para dejarlo escapar de su prisión de carne que lo ata a este mundo
fugaz.
Es atormentado por sus pensamientos, como espinas en el alma, rasgando día
tras día aquel frágil fragmento de su ser, ese ser vulnerable, lo más distinto y
antagonista a esa fría forma de ser, ese trozo de palpitante emoción que se
niega a ser devorado por la bestia en él.
Sus colores son semilla de lecciones mostradas por los actos, por un ángel
que lo amó y que lo encontró aun en sus laberintos más profundos, donde sin
importar el espesor de la noche brillaba como mil estrellas.
Esa hebra, ese
tierno y cálido recuerdo que lo hace sufrir, porque es la parte que no puede
congelar, porque es la emoción que no puede fingir, es la emoción que lo hace
humano y lo aleja de la bestia que
pretende ser.
Y así mi bestia ruge tan fuerte como puede deseando el agónico final que
no llega, intentando liberarse de las cadenas que lo atan al dolor, sin saber
que la belleza del dolor equivale a la belleza del tiempo junto a su flor, a
los retoños que crecen en él como símbolo de perpetuidad y continuidad, de un
paso que dejo una huella que vive más allá del tiempo aunque el caminante allá
partido a otras tierras, tierras donde el cuerpo no puede habitar y solo el
alma puede alcanzar.
La vida es poesía, la vida son momentos que compartimos en un océano de
tiempo infinito que se reduce en un recuerdo, a una lección, algo que por más
que duela y haga sangrar al alma, vale cada gota que surja de ella y es lo que
separa al hombre de la bestia.
No te perdonaré este blogg
ResponderEliminarLlore mientras lo leía.tocaste mi herida mi corazón hecho mierda...y aún sigo llorando...afortunado tú qué qué llegas a lo queda de mi corazón...mil gracias por lo bello escrito tkm
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