Cris engel

Cris engel

domingo, 31 de julio de 2016

Amar y ser amado


Amar y ser amado es un regalo de la vida y cuando el amor nos llega debemos aprovechar cada día de ese amor como si fuera el último, porque si bien el corazón desea que este se propague a través de los años y crezca como una llama, hay veces que con el pasar del tiempo este solo se atenúa hasta que se va.

Muchas veces al tener a alguien que realmente nos ama y nos acepta tal y como somos lo desdeñamos, a veces por temor o por encandilarnos con espejismos pasajeros que al final solo dejan un trago amargo en el corazón. Es hermoso amar y ser amado, pero tiene un lado triste y muy doloroso, es gracioso extrañar a quien no nos valoró, pensar en esa persona unas mil veces al día y sentir como nos estalla el corazón cuando escuchamos una canción que nos lo recuerda.

A veces el camino se vuelve pantanoso y aunque duela debemos dejarlo ir, aun que eso signifique renunciar a quien amas. Tristemente hay tormentas que no son sorteables y destinos con más lagrimas que sonrisas.

Una parte de mí se siente feliz de haber amado y de haber cruzado mi vida con aquel que ame tanto como pude y más. Aunque ahora el corazón me inunde el alma de lágrimas al recordar, pero vale la pena amar y arriesgarlo todo por amor. Que sería de la vida sin ese sentimiento que nos hace sentirnos vivos, aunque en ocasiones nos mate con suma frialdad.

“lo más grande que aprenderás será a amar y ser amado” (Moulin rouge) que frase tan hermosa, pero a la vez tan dolorosa. Aprender a amar significa muchas veces perder a quien amamos para aprender a darle valor a las personas que se cruzan por nuestra vida y la encienden aun que esa luz se valla algún día. Sin importar lo que paso y los porqués no cambiaría el día en que le vi e intente hacerle sonreír, por que amar vale la pena.

Amar significa arriesgar y jugársela por un sueño, por una persona, por alguien quien estará ahí cuando todos los demás se hayan ido. Amar significa ser vulnerable, quebrarse y ceder.  Y aunque todo esto quizás se rompa al final, he aprendido que incluso de las heridas más profundas pueden crecer flores.

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