Y llegaste a mi como
brisa de verano, inesperado entraste por mi ventana y me susurraste en el oído,
tus palabras como canto de sirenas nublan mi pensar, mi razón, pero de una u
otra forma me traen a la vida porque eres mi más honesto pensamiento desde que
me levanto hasta que me duerno. La emoción me invadió, pero hice mi mejor
esfuerzo por no dejarte ver eso que provocas en mí. Una o dos palabras se
escaparon de mis labios y no las pude retener porque cuando la emoción es tan
real, tan verdadera es difícil aprisionarla y se expresa desde el temblor que
recorre mi alma hasta la última vibración de mi cuerpo.
Mis manos dibujaron tu
cuerpo, como en un lienzo sagrado, donde el artista ve a través de trazos,
contemple tu imponente universo, recorrí tus planetas y plasme tu esencia, tu
sonrisa es el amanecer de mi alma y tu respiración es poesía la cual solo
culmina cuando la obra está completa.
El murmullo de tu voz es
el aliento de mis manos cansadas, senderos de interminable belleza se abren ante
mis labios bajo una luz de luna que deslumbra mis pensamientos, el miedo me
contrae y me impide el paso, pero tus manos son fuente de sensaciones, de la
magia que duerme en mí y que reconoce tu llamado desde las profundidades de mis
miedos.
La noche me seduce, me
llama, me lleva a un mundo que oscila junto al mío, pero cuando esta tan cerca
es mi única realidad y aunque sea por un momento sanas mi corazón marchito y
renazco en ti como sutil brote de primavera, lleno de perfumes, fragancias y
colores que se alzan al sol en busca de ese rayo de vida, de ese momento en que
la vida es lo que siempre soñé.
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